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AÑO DEL BICENTENARIO: ¿CELEBRACIÓN O REFLEXIÓN?

  • Foto del escritor: Marko Rojas Cardenas
    Marko Rojas Cardenas
  • 29 abr 2021
  • 2 Min. de lectura

Estamos a puertas de celebrar nuestros doscientos años de independencia, con una pandemia de por medio, un proceso de vacunación a paso de lento y enmarañado por actos de corrupción lamentables; que, hasta el día de hoy no se impone una sanción severa a los involucrados, y lo que reflexiono es la normalización de los actos de corrupción en los medios de prensa, en los titulares y la vida diaria. A diario se escucha a nuestra -tristemente- clase política, decir que tendrán una lucha frontal contra la corrupción, misma lucha que no se ve reflejada ni en sus planes de gobierno ni en sus mismos mandatos.

En estos últimos veinte años, hemos tenido a nuestros últimos cinco expresidentes envueltos en escandalosos actos de corrupción, algunos de ellos están condenados, investigados o prófugos de la justicia. Aquello, nos demuestra la debilidad de nuestras instituciones y la falta de legitimidad en un panorama de ballotage en estas elecciones presidenciales, esperemos no llevarnos con la sorpresa de agregar un nombre más a esta lista negra.

Sin duda alguna, el clima de inestabilidad política y moral que afecta a toda la población; sorprendentemente, nuestra economía se ha mantenido estable durante estos últimos años, recordemos que los fondos estatales provienen de los tributos de todos peruanos, la manera de haberse enriquecido a costas de esto es algo reprochable, la clase política peruana ha dejado de lado el bien común por una individualización de riqueza. La capacidad de gestión es un tema muy importante, recursos hay y tenemos que saber aprovecharlos, aquí quiero traer a contraste la célebre frase de Antonio Raimondi “el Perú es un mendigo sentado en un banco de oro”, y cuando será el momento para poder gestionar óptimamente nuestro banco de oro y dejar de ser el mendigo que no sabe la cantidad de riquezas que tenemos. Recursos hay, indiscutiblemente, lo que no tenemos es capacidad de gestión, ese tema debemos resolverlo con carácter urgente y con personas preparadas, dejemos la improvisación, populismo y el favoritismo de lado.

Otro punto importante que, particularmente, considero que realza a la corrupción es la burocracia en nuestras instituciones estatales, este es un problema que nos compete a todos los ciudadanos, todos los días vemos como los problemas que hay en las entidades públicas se resuelven con arreglos debajo de la mesa, generando un perjuicio en cadena que nos afecta como sociedad. Es ahí donde ingresa la ética y moral de un profesional capacitado que pueda sobrellevar este tipo de situaciones; actualmente, los funcionarios públicos, no disponen de hacer función ni gestión pública, por ello, es importante seguir un proceso a largo plazo de mejora continua e innovación.

Finalmente, tenemos como reto principal el realizar reformas que guíen una buena institucionalidad estatal. La corrupción nos cuesta millones de soles que generan un impacto negativo en el desarrollo social y económico.

Miramos con sinsabor nuestra historia y seguimos preguntándonos modificando la frase de la obra de Mario Vargas Llosa, ¿En qué momento se sigue jodiendo el Perú?

 
 
 

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